Estuvimos presentes en el acontecimiento más importante ligado al Punk Rock de los últimos tiempos en este país al culo del mundo.

Partiendo de la base que Descendents es de esas bandas que uno va a querer para siempre, por lo mismo, el hecho que hayamos tenido la posibilidad de verlos y estar respirando el mismo aire que ellos, es algo que jamás en la vida nos hubiésemos imaginado. Con sus conciertos en distintos festivales, el hecho de sacar nuevo disco, al fin y al cabo, volver a las pistas, estaban todas las cartas puestas a que alguna vez en la vida, estos peces gordos y viejitos se dieran una vuelta por este lado del planeta, y bueno, así pasó.

El Punk Rock desde que llegó a mi vida está firmemente vinculado a la amistad, a pasarlo mal y bien junto a mis amigos, y para todo eso tiene que existir una banda sonora, Descendents pertenece a ese extenso listado de bandas que nos viene acompañando desde la época en que estábamos en el colegio, cuando teníamos la energía suficiente para trasnochar jueves, viernes, sábado y domingo y no teníamos ningún reparo en levantarnos temprano el lunes, pasar veranos enteros aplanando las calles del barrio, buscando cualquier absurda situación para divertirnos, cuando de pronto nos encontramos con más de 30 años y contando con los dedos de una mano las veces que nos hemos encontrado todos juntos nuevamente en los últimos años, la vida es así, cada quien decide tomar el camino que quiere, lo importante es tener la memoria suficiente como para no olvidar de donde vienes y disfrutar cada instancia que se te presenta. Así fue como me junté con algunos viejos amigos en la cúpula del Parque O’Higgins el día 7 de diciembre del 2016, para ver a los Descendents, la excusa perfecta para saber un poco de ellos o simplemente verlos y compartir un rato.

No quiero hablar de Setlist, de bandas teloneras, de cuanto duró el concierto, de cuanta gente había, por ahora no me interesa, porque estas instancias se dan muy poco viviendo en Chile y personalmente soy de los que aprecio cada instante, disfruto cada canción, no me importa que no hayan tocado un montón de canciones que me hubiera gustado escuchar, el concierto de los Descendents en Santiago lo disfruté a concho, el ambiente era de fiesta, uno pasando los 30 y si sigues vinculado con el Punk Rock, cuestiona un poco el hecho de entrar en el pogo, porque ahora el cuerpo duele y te pasa la cuenta, pero ese día no pensé en nada, yo solo quería pasarlo bien y afortunadamente todo el mundo estaba en la misma frecuencia, era un gusto romper mis zapatillas y estar rodeado de sudor ajeno, fue una noche perfecta, con 4 caballeros sobre el escenario que a pesar de ya no tener la energía de la juventud, lo dejaron todo, sin pensar en lo cansados que venían del tour, como nosotros también no íbamos a hacer un sacrificio por ellos?.

Lo que más destaco del concierto, es el hecho de que los mismos músicos fueron los encargados de enchufar y probar sus equipos antes del show, eso es una pequeña muestra de lo cercano que alguien puede sentir a una banda que seguramente ni siquiera sabe de nuestra existencia individual, eso hace que los queramos, que cada vez que volvamos a escuchar sus canciones nos acordemos de lo lindo que fue esa noche en Santiago, cuando vimos a los Descendents por primera vez, quizás nunca más los volvamos a ver por estos lados, pero quien nos puede asegurar eso?, esperamos toda la vida para verlos por primera vez, así es que nadie nos puede discutir que hemos tenido paciencia.

Muchas gracias a quienes hicieron posible esto.

El 2012 junto a Audioslam y varios amigos organizamos un disco homenaje a Descendents, lo llamamos THANK YOU y después de harto tiempo, pudimos entregarle el disco a la banda y agradecerles por tanto, aquí está la muestra de aquello.

*Fotos de autoría exclusiva de Fotorock

Andrés Infante